Ayer fui a cabalgar con mi yegua a la llanura. Descansé para
comer y preparé en la barbacoa unas alitas de gallina con cebolla. Para
avivar las llamas de la barbacoa, arrojé folletos de yates, ensayos de
teatro, yogures del Mercadona y de una empresa de figuritas de yeso.
Cuando ponía las alitas y la cebolla en la barbacoa, cayó un rayo y empezó una lluvia torrencial.
Mi yegua comenzó a relinchar y a dar coces. Entonces, con muchas agallas, la hice callar. Resultó
que se había hecho una herida en una pata con el susto del rayo;así que
se la desinfecté con yodo y le vendé la herida.
Javier Parra