LOS TRES AMIGOS.
Un hombre tenía tres amigos: su dinero, su mujer y las buenas acciones. Estando a punto de morir, los mandó llamar para despedirse de ellos.
Al dinero, que primero se presentó, le dijo:
-¡Adiós! Me muero.
-¡Adiós!Cuando hayas muerto haré que te alumbre un cirio por el descanso de tu alma- le contestó el dinero.
Por último aparecieron sus buenas acciones:
- ¡Me muero! ¡Adiós!- les dijo el agonizante
Si vives, viviremos ; si mueres ,te acompañaremos en la otra vida.
Muerto el hombre: su dinero le dió un cirio ; su mujer lo siguió hasta la tumba y sus
buenas acciones le acompañaron aun después de muerto.
El bien se siembra en el suelo y se cosecha en el cielo
Recogido por María Morán Barragán (Fábulas de Esopo)
El hombre del saco
Una niña que estaba en la playa, vio tres avellanas en la arena. Cuando fue a cogerlas, vino el hombre del saco y la entró en su zurrón. Iba por los pueblos dándole latigazos al saco y cantando: “Canta zurrón, canta, que si no te tiro por la barranca”.
Recogido por María Morán Barragán (Fábulas de Esopo)
El hombre del saco
Una niña que estaba en la playa, vio tres avellanas en la arena. Cuando fue a cogerlas, vino el hombre del saco y la entró en su zurrón. Iba por los pueblos dándole latigazos al saco y cantando: “Canta zurrón, canta, que si no te tiro por la barranca”.
La niña cantaba: “Con estas tres avellanas que yo del mar cogí, ahora me veo aquí y sin poder salir”.